Estimado lector, cuesta imaginar a un esclavo que está siendo subastado, que se muestre favorable a esta venta, animando a los compradores. Esto sucede en Navarra con nuestra lengua y cultura en cierto sector de población autóctona, que ridiculizan lo propio, que el euskera no sirve para nada, jaleando el folclore extraño, etc. Llegar a semejante conclusión refleja los complejos que perduran en ciertos individuos, motivados por un histórico goteo de sanciones, prohibiciones, etc., promovidos por los clásicos enemigos de esta tierra; ayer se les conocía como liberales (mejor sería mangantes) y actualmente constitucionalistas (antinavarros o malos navarros), y lo más triste, sustentados políticamente para gobernar esta tierra por sus supuestos defensores. iPobre Navarra, qué poco "pintas"!
Desde cuándo una presidenta de un territorio autónomo ignore la lengua más significativa de su tierra con marchamo de cultura de importancia mundial (lingua navarrorun) y que nombre para el puesto para el más efectivo reconocimiento de este legado, a un consejero que no sólo la ignora, sino que, de su ignorancia incomprensible, le sigue una euskarofobia de vergüenza pública. ¿Y por qué estos que voluntariamente representan a la cultura de un pueblo ignoran punto tan cardinal? Ya alguno apuntaba que la lengua en cuestión le resultaba de línea algo más alta que su coeficiente intelectual pero, probablemente, la ignorancia es fruto de la vagancia; en definitiva, ¿para qué queremos tonticos y vagos para cargo alguno navarro?
El vascuence de hace I .000 años es posible que se entendería mejor que el actual, que utiliza "españolismos" sin necesidad, por holgazanería o desidia y en detrimento del idioma propio; sirvan para ello los restos toponímicos de cualquier amanuense.
El trabajo que se presenta consta de dos capítulos; el primero, léxico antiguo, que se deja leer de vez en cuando en textos que reposan en diferentes archivos; el segundo trata de frases, injurias, menosprecios en lengua del país.